Order of Malta

Desde el desembarco en Uruguay hasta nuestros días.

La Asociación Uruguaya de la Orden de Malta fue fundada en julio de 1969 en la reunión de su primer Capítulo, integrado por 12 Caballeros de Gracia Maestral dirigidos por el Capellán Mons. Luis Roberto de Santiago.  Los Señores Juan Carlos Arrosa, Jorge Carve Gurméndez, Enzo Caviglia Staricco, Hugo Eguiluz Paullier, Gonzalo García Otero, Maximilien Hérode, Juan Llambías de Azevedo, Piero María Ortolani, Miguel Páez Vilaró, Jorge Peirano Facio e Ignacio Zorrilla de San Martín son los Caballeros fundadores.
Los estatutos de la Asociación fueron previamente aprobados por el Gran Magisterio el 28 de junio de ese año. Posteriormente, el 11 junio de 1970, el Ministerio de Educación y Cultura aprueba los mismos, quedando constituida  y plenamente operativa.

La Asociación es una institución benéfica y cultural. Tiene sede en Montevideo y su objeto es la caridad cristiana, conforme a las tradiciones de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, así como la asistencia espiritual y física a los enfermos, heridos e indigentes. Un segundo y también muy importante objetivo es la fundación, mantenimiento y ayuda a hospitales, asilos y obras de este carácter.
Desde su inicio la actividad principalmente desarrollada por la Asociación consistió en el apoyo a las acciones de las   autoridades sanitarias del país en su combate a la Lepra, mediante la colaboración con medicinas y recursos financieros a hospitales y enfermos. Esta acción conjunta permitió que el país erradicara la Lepra en los años 90. Hoy solo quedan dos casos detectados, personas que sufren las consecuencias de la enfermedad, que reciben apoyo y tratamiento ambulatorio.
Para destacar también el apoyo brindado al Pequeño Cottolengo de Don Orione, en su Residencia de la Avenida Instrucciones, permitiendo la remodelación de su edificio y acondicionamiento de sus salas.

Durante los años ‘90, luego de la visita de su entonces Gran Maestre, Fra Andrew Bertie, fallecido en el año 2007, la Orden se comprometió con el pedido de apoyo al proyecto dentario, para el cual el Ministerio de Salud procuraba apoyo para llevar la salud bucal a personas en situación de indigencia en todo el país. Por tal motivo se donaron a ASSE tres móviles odontológicos, que cumplieron funciones en los departamentos de Rivera, Paysandú y Canelones. Recientemente la Asociación cede en comodato un cuarto móvil al Municipio E de Montevideo, el cual trabaja en la prevención e higiene bucal en las escuelas del territorio del mencionado Gobierno local.

En una nueva etapa, luego de la erradicación del mal de Hansen, la Asociación se dedica a apoyar 4 Hogares para personas en situación de calle, adultos mayores, mujeres, hombre, madres con niños. Jacinto Vera, el último de los Hogares de la Asociación Civil Pablo VI, se aloja en un  inmueble propiedad de la Asociación. Allí se reciben a madres con niños, víctimas de violencia doméstica, para brindarles alojamiento, apoyo psico-social, alimento y un Hogar alternativo.
La Asociación también organiza y participa en jornadas de limpieza de playas, atendiendo el llamado del Santo Padre de preservar la Creación. En una playa a elección, en coordinación con las autoridades locales, se extraen envases plásticos de la costa.

Recientemente la Asociación implementó un servicio de comida caliente para personas en situación de calle. En una recorrida por los barrios del Centro, Cordón, Parque Rodó, Sur y Palermo, se entrega una cena para cada uno de los interesados durante los meses de invierno. También se arma una mesa frente a la Sede de la calle Canelones, donde este año población migrante resultó ser la beneficiaria. Todo esto es posible gracias al apoyo del Banco de Alimentos, que nos brinda complementos alimenticios para la cocina, así como los aportes de los Caballeros que lo hacen posible.

En cuanto a la espiritualidad, la Asociación realiza una peregrinación nacional a la Virgen de los Treinta y Tres, en el mes de mayo, otra regional, a la Virgen de Luján, además de dos retiros espirituales en Semana Santa y Navidad.

Las tareas son posibles gracias el invalorable aporte que el Grupo de Voluntarios realiza a la Asociación, brindando su tiempo para el cumplimiento de las mismas. De reciente creación, el grupo de voluntarios ya tiene tres cuerpos, uno en Montevideo, uno en Rosario (Colonia) y otro en Salto. En Salto apoyan al proyecto Ibirapitá, espacio cultural y deportivo para niños carenciados del barrio Nuevo Uruguay, donde también brindan alimentos en su campaña de Cocina Solidaria. A su vez y gracias al apoyo de la Universidad Católica, los afectados por las inundaciones reciben artículos de limpieza para poder retornar y desinfectar los hogares cuando retroceden las aguas.